miércoles, 23 de enero de 2008

HISTORIA DE LA TORTILLA SACROMONTE
Como nos pide nuestro amantísimo Nito, vuelvo a enviar lo que humildemente sé en referencia a nuestra exquisita y granatensis Tortilla Sacromontana.
Cuenta la leyenda, y como tal hay que considerarla. Todas las leyendas tienen su base histórica.
Se dice que estando la Abadía del Sacromonte en pleno apogeo, un canónigo de la misma llegó de madrugada tras un largo y cansado viaje y como es obvio con el estómago vacío y un hambre que le haría comerse hasta las piedras.
Nada más llegar, hizo llamar al encargado de la cocina para que le pusiera algo para cenar. Una vez hizo acto de presencia ante el canónigo y tras oír la petición del mismo, le dijo que lo sentía mucho no poder complacerle puesto que dada la hora que era no tenía en la alacena nada más que restos. Todo contrariado el canónigo le respondió: Pues tomas todos esos restos, les pones unos huevos y me haces una tortilla.
Los restos a los que se refería el cocinero eran, y esta es la receta tradicional:

Dos sesadas de cordero.
Seis criadillas de cordero.
Dos patatas grandes.
Seis pimientos morrones.
50 gramos de guisantes.
50 gramos de chorizo.
100 gramos de jamón serrano.
8 huevos.
aceite de oliva.
una hoja de laurel.
sal.
Como es evidente, solamente me queda decir a los murgueros aquello de ¡Buen provecho!

Califa



OTRA HISTORIA DE TORTILLA ABÁDICA

Quisiera aportar mi granito de arena a esta historia, que difiere un poco de la que nos manda Califa:

Se trata de uno de los platos de origen granadino más tradicionales que habitualmente se sirve el día de San Cecilio patrón de Granada, en la Abadía del Sacromonte. Este monasterio se construyó durante los siglos XVII y XVIII para conmemorar el martirio de San Cecilio en este monte muy próximo a Granada. Según la tradición granadina, el abad del monasterio invitaba a almorzar cordero al horno a las autoridades locales de Granada precisamente el día 1 de Febrero, día del Santo Patrón. Cuenta la leyenda que a principio del pasado siglo, unos ladrones aprovecharon la noche del día anterior a San Cecilio para robar todos los corderos preparados para la ocasión y que se encontraban oreando en el patio de la cocina. Cuando a la mañana siguiente y tras la misa, el abad quiso colocar los corderos en el horno descubrió el robo. Sin amilanarse ante la perspectiva de un desastre gastronómico (en el pasado, el día del patrón cerraba todo el comercio a cal y canto), el abad se dirigió a la fresquera del monasterio buscando algo para almorzar junto a las autoridades. Allí descubrió los sesos y criadillas de los corderos, un gran hueso de vaca preparado para hacer caldos y algunas docenas de huevos. El abad del Sacromonte pensó en realizar una tortilla con todos estos ingredientes y de este modo resolvió el conflicto.
Se habrán cocido previamente las criadillas en un recipiente con agua y unas hojas de laurel. Lavados los sesos, pasarlos por una sartén. Trocear las criadillas y añadirlas a los huevos batidos y los sesos. Dispóngase de una sartén profunda para que la tortilla resulte jugosa. Es ilustrativo referir que el granadino cuando quiere agasajar al forastero, lo invita en la calle a esta tortilla, pues ni es guiso casero, ni suele consumirse en la familia.

Ermitaño Bebedor

2 comentarios:

Antonio Montufo Gutierrez dijo...

Muy bien Ermitaño Bebedor esta es la gran ventaja de los murgueros que con los aportes de cada uno nos enriquecemos todos y por ende la Murga. Como decía en mi aportación las leyendas difieren unas de otras en función de la fuente que las trasmite y tengo que decir que la tuya es muy buena y con más visas de realidad histórica que la que a mí me ha llegado a través de un anciano habitante sacromontano.
Como bien dicdes la construcción de la Abadía se inició tras el episodio de los libros Plúmbeos y fue tal el entusiasmo que despertó en Granada que todos los esfuerzos económicos se dedicaron a dicha construcción incluidos los dedicados a Santa María de la Alhambra por eso ésta se terminó más pobremente.Califa

francisco herrera sanchez dijo...

Mi marido que es granadino conoce otra versión de la historia: después de una juerga en una de las Zambra del Sacromonte llegaron a un restaurante para cenar, como ya no les quedaba nada eran gente de dinero no les podía decir que no y echaron mano de lo que tenían los ingredientes de las recetas anteriores los comensales sorprendidos por la calidad y el buen sabor de la tortilla preguntaron que como se llamaba, si estás en Sacromonte su nombre lógico era tortilla de Sacromonte, lo mismo hubiera podido ser tortilla Realejo o tortilla Albaycin. La historia cambia, pero la tortilla queda con sus ingredientes que es la creatividad ante una necesidad. Buen provecho a todos los que le guste la casquería.