viernes, 24 de diciembre de 2010

LO SIMPLE, LO PERFECTO, LO CORRECTO

Viajaban de incógnito en sus soberbios y potentes camellos meharis, ligeros de equipaje y sin escolta, el piadoso y creyente Gaspar y su amigo Baltasar, el gran matemático calculador, los Magos del Oriente. Atravesaban un pequeño desierto, en el Camino Real sirio de Darayya que los conduciría hasta Beirut, dónde esperaban encontrarse con Melchor de Florentia Ilíberis, y su séquito, cuando sucedió que al bordear el gran lago salobre de Karaorun, que en esta época del año se presentaba helado, encontraron a un hombre, que se hacía llamar Salem Nasir, hambriento, desnudo y maltrecho, contando éste que había sido robado por unos bandidos camino de Qudssaya. Siendo creyentes y mostrando buenos modales, aceptaron su historia y decidieron ayudarlo y socorrerlo con lo poco que en esos momentos tenían.

jinetes

En pago de vuestro buen corazón, -dijo el pobre asaltado- yo os daré en cuanto lleguemos a mi palacio, 8 monedas de oro para mostraros mi gratitud.

Baltasar, el creyente, solo tenía 3 panes.

Gaspar el gran calculador, tenía 5 panes.

El Mago matemático decidió partir cada pan en tres partes iguales, haciendo un total de 24 trozos y repartiendo, por tanto, 8 trozos a cada uno, que se los cenaron amigablemente.

Arqueta de Medina Azahara


Salem Nasir resultó ser, de verdad, un hombre rico de Qudssaya, próspera ciudad cercana a la Ruta de la Seda, y donde poseía algunas factorías y un palacio. Los magos de Oriente, que como es de suponer, para nada necesitaban el oro del buen hombre, aceptaron curiosos ser sus huéspedes, y mientras esperarían allí al opulento Rey Mago Melchor que a marchas forzadas por el retraso que le causaron unos fallidos abordajes piratas en la costa de la isla de Chipre, venía desde su lejana tierra de Florentia Púnica, allá en la Hispania Ulterior

las mil 2


Así pues, los enigmáticos y reservados viajeros acompañaron a Salem Nasir a su palacio y una vez allí, aseados y refrescados, pidió le trajeran 8 monedas de oro, y le entregó 3 a Baltasar y 5 a Gaspar.

- Mi señor Salem Nasir, - dijo Gaspar – tu reparto es simple, pero no correcto.

- He dado una moneda por cada pan ofrecido, - dijo Salem Nasir – Te corresponden 5 monedas por los 5 panes que ofreciste, y a tu compañero le corresponden 3 monedas por los 3 panes que ofreció. ¿No es correcto, mi querido salvador Gaspar?

- En realidad – contestó el hombre que calculaba – compartí 15 trozos de pan de los que comí 8 y los 7 trozos restantes te los ofrecí, mientras que mi querido amigo Baltasar, compartió 9 trozos de pan, de los que comió 8 trozos y compartió contigo tan solo 1. Lo correcto sería, por tanto, dar una moneda de oro por cada trozo de pan ofrecido; es decir, me corresponden 7 monedas de oro, y a mi amigo, tan solo una.

- Cierto, - contestó maravillado Salem Nasir – pido perdón por mi baja sabiduría en cálculo y corrijo el reparto.

- Un momento,- interrumpió de nuevo Baltasar – Este reparto es correcto, pero no es perfecto a la mirada de Dios.

Baltasar juntó las monedas de nuevo y entregó 4 a su amigo Baltasar y se guardó las otras 4 ante la admiración de los presentes.

Cuentan lenguas malintencinadas, (basándose tal vez en la probervial malafondinga granaina) que cuando reunidos los tres Magos de Oriente, formada ya la riquísima caravana, se encaminaban a Belén guiados por una extraña y bellísima Estrella, comentaron esta anécdota con el opulento Mago Melchor el granadino, pilló éste un rebote que casi le cuesta una congestión al ver que, en el reparto, a él no le había tocado nada, sabiendo como sabían todos, que los tres eran socios de una misma empresa y para la cual, él había adelantado los cien mil triskeles en oro finísimo del Darro.

Nota: Extraido de “Las mil y una noches”, aunque existen variantes en todo el mundo a modo de juegos y charadas matemáticas como la que nos presenta Malba Tahan : “El hombre que calculaba”

camellos


NITO


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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta mañanica mucho he madrugado,
para venir corriendo a La Murga
a leer el guapo cuento navideño.
Contenta a la cama vuélvome a meter.

Incondicional.

raquelmope dijo...

Conozco la famosa charada de Sherezade, y habría dado mucho juego en la Murga (siempre y cuando los lectores hubieran participado en el juego).
Lo que desconocía por completo era que Melchor era granadino. ¿En dónde te basas para tal afirmación...? ¿O estamos en la ficción literaria murguera...?
¡Felicidades!

Antonio Montufo Gutierrez dijo...

Si es que no puede ser ni lo puedes evitar.¡Como te gustan los cuntecillos y las leyendas ilobergitanas!.
Muy bueno, me ha encantado, sí señor.
Antonio Montufo Gutiérrez.